Proclamar la Palabra. Sugerencias

bibliajerusalen1. No proclamar un texto si antes no lo has ensayado.

2. Preocúpate de leer siempre desde un Libro (Biblia) y no desde una simple hoja.

3. Cuida muy bien los aspectos técnicos: Tienes que aprender a manejar bien el micrófono y a tratarlo con delicadeza.

4. Recuerda que la gente no sólo te va a escuchar, sino que también te va a mirar: vestimenta y presentación personal.

5. No salir apurado a leer, hacerlo con naturalidad, con calma, llegar hasta el ambón y antes de comenzar «mirar a la asamblea». No debes empezar a leer hasta que todos estén atentos, dispuestos a escuchar la Palabra que tú vas a transmitir.

6. Fíjate bien que la lectura sea la que se ha elegido.

7. Tus primeras palabras para dirigirte a la asamblea son: «Lectura del o Lectura tomada de la carta. No debieras decir Primera lectura o Segundo lectura.

8. Al proclamar la lectura hazlo con calma, controla tus nervios y lee lentamente… ¿Quién te apura?

9. Respeta las reglas de la puntuación: puntos, comas, signos de exclamación e interrogación, etc. Acostúmbrate a distinguirlos y no leas de corrido arrasando con todo lo que se te pone en el camino.

10. Pronuncia bien lo que estás leyendo. No te enredes con las palabras, ni te comas algunas letras.

11. Mirar a la asamblea. Es muy importante que te comuniques con la asamblea interesándola con tu mirada, expresando a través de ella lo que vas leyendo.

12. Leer por adelantado. Procura ir leyendo por adelantado, es decir recogiendo con la vista toda la frase escrita, grábatela en la mente y luego dila ante la asamblea sin mirar el libro.

13. Al estar proclamando el texto no bajes la voz en los finales de cada frase que pronuncies.

14. Al proclamar una lectura, fíjate en el cambio de situaciones que requieran un breve silencio para separar una situación de la otra.

15.Recuerda tu postura corporal, no estás haciendo un show, tampoco estás en una posición firme, como si fueras un sargento, ni con las manos en los bolsillos, ni con los codos en el ambón.

16. Cuando proclames un texto, hazlo con naturalidad, convencido de que el Señor actúa por tí. De esta manera el servicio que estarás prestando será realmente hermoso, sentirás que el Señor pasa por tu vida y lograrás que la asamblea escuche tu voz.

Las palabras escritas en la Sagrada Escritura contienen vida, todas «han sido escritas para que crean que Jesús es Cristo, el Hijo de Dios, y que por esta fe, tengan vida que sólo El puede comunicar» Juan 20,31.

Tú como lector, tienes la gran responsabilidad de transmitir esa vida que nada ni nadie nos puede quitar.

www. corazondemaria.org

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1 Comentario

  1. Ivan says:

    Muy buenas recomendaciones. Muchas gracias por compartirlas.
    Casualmente hace poco tuve la oportunidad de ver a un hermano leyendo con las manos en los bolsillos. Realmente no se vió bién.
    Otro error que se dá con frecuencia es el de decir «Primera Lectura»
    Bendiciones.

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