Paz, diez claves para lograrla

paz1. No hables mal, murmures, mientas ni levantes falso testimonio contra nadie. Hablar mal para desahogarse es como escupir al cielo: antes o después nos caerá la saliva en la cara. Pero hay que hacer algo más:

 2. Hay que hablar bien de todo el mundo. Es lo que de verdad importa.  ¡Esto sí que es difícil!, pero posible. Sin mentir, sin dar coba –se nota enseguida-  y de todo corazón, como  lo hace mucha gente y sobre todo las madres con sus hijos. Todo el mundo tiene algo bueno. Admitámoslo con naturalidad y comprobaremos  cómo cambia el ambiente que nos rodea.

 3. Las personas tenemos ansias de ser queridos y respetados. Cuando no  podamos hacerlo callémonos. Otra cosa es el callar cuando tenemos la obligación de hablar, podríamos hacernos cómplices.

 4. Digamos ¡no! a cualquier proyecto de violencia, venganza u odios.

La paz va estrechamente unida y conlleva la justicia y la libertad. La caridad empieza por dar primero lo que es de justicia.

 5. Está demostrado por la historia y la experiencia que es imposible conseguir la paz a los hombres por si solos. Es uno más de los muchos misterios que sobrepasan nuestra capacidad mental. La poca paz que podemos encontrar en este mundo será el resultado de cumplir los Diez Mandamientos y, sobre todo, el primero y más importante: amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo, por amor a Dios.

 6. La paz, como la fe, nos la da Dios cuando se la pedimos con humildad. La oración es omnipotente.

 7. La conquista de la paz a todos los niveles está unida a la conversión del corazón y a un auténtico cambio de vida.

 8. La paz no se puede establecer ni asegurar si no se guarda íntegramente el orden establecido por Dios. La paz ha de estar fundada sobre la verdad, construida con las normas de la justicia, vivificada e integrada por la caridad y realizada, en fin, con la libertad.

 9. La paz es un don de Dios que encuentra su plenitud en Jesús. Jesús nos enseñó el camino de la paz tomando la Cruz. No hay paz cuando los hombres se apartan de Dios.

 10. Sacar a Dios de nuestras vidas es dejar hueco para que entre el odio. “El Señor bendice a su pueblo con la paz. Sin Dios no hay paz. En definitiva, no se puede dar más paz que la cultivada en corazones donde se ha desterrado el odio y el rencor

 

Alejo Fernández Pérez | alejo1926@gmail.com

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